jueves, 20 de octubre de 2011

LUCHANDO


A mi hijo
y a tantos hijos que luchan.

Ayer,
en tus manos de martes agraz,
en tu bancal acuartelado,
en el honor de tu trabajo,
te vi
luchando por ser portón a tu cansancio
por ser cancela a tu desaliento,
por ser espolón a tu oleaje,
libre en tu enigmático cautiverio.

Hoy
te veo en mirada de dulce sábado,
¡con veintiocho primaveras!,
topacio soltando amarras
sobre tu acera,
luchando por ser viento sin portones,
por ser campo sin cancelas,
por ser mar sin espolones.

Mañana,
tras desplegar mis alas,
espero verte desde el infinito domingo,
en pacífica lucha renovada,
en lucha de pasión sosegada,
alma mía, mi hijo,
luchando por la Vida,
gozosamente.

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