lunes, 3 de octubre de 2011

RECORDANDO A FRANCISCO DE ASÍS


                
               FLORECILLAS

A Viviane de Estrasburgo,
colmada de franciscanismo.


       En soplo de barro y manos de Asís,
       menudo y silente como el orvallo,
       fue lindero de luz un ruiseñor
       de corazón fraternal, sin desmayo.

       Juglar de lo divino, y nazareno,
       portador de cruz, fue inmenso humano.
       Se jugó la aventura de la nada
       entre mercaderes y Vaticano.
     
       Atrincherado en el sudor, y en chanclas,
       fue savia nueva rociando senderos.
       Predicó pobreza de buena nueva,
       y era azote de creyentes arteros.

       Peregrino, huésped su corazón
       de lobos y corderos, campo y lodo,
       sus huellas marcaron hitos en siglos
       de discípulos, venturas, … ¡y  todo!

1 comentario: