… otras ovejas que no son de
este redil.
(Jn. 10, 11-18)
Pastor de Israel,
en tu redil
las ovejas cantan fiestas de alianza.
Mujeres y hombres, niños y ancianos,
se unen en trashumancia global,
al aire de tu resurrección, en torno a
tu cayado…
En tu redil,
todo lo vence tu pascua de amor.
No hay miedo al asalto de los lobos.
Uno solo es el rebaño entre todos los
rediles,
desde las dehesas del sol naciente
a las dehesas de las noches frías.
No hay cargos en tu redil, ni ascensos,
ni honores.
Hay misión.
Servicio a los enfermos y marginados,
a los pequeños e indefensos.
Lejos de todo conformismo gregario.
*
* *
Tú
eres el pastor fiel. No un bracero
empuñando
condenas,
forzándonos
a dimitir de nosotros mismos,
de
nuestra libertad,
del
oxígeno pascual extraído del madero.
Tú
eres el pastor que ha dado la vida
para
aliviarnos del inmenso vellón
rizado
de
intereses personales, ocultos.
Pastor
que te has entregado
para
alejarnos de corrales explotados
por
pastores mercenarios.
Tú
eres el pastor leal. Tu señuelo
está
en el cayado que no avasalla,
en
donde se apoya toda la humanidad,
¡rebaño sediento
de Ti!
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