Llamó a los doce y los fue enviando de dos en
dos…
(Mc. 6, 7-13)
Galileos,
con garantía
nazarena portáis la Palabra
que os blinda
contra el dinero,
contra el
aplauso,
contra los ritos
fosilizados.
Con la autoridad en alza que da la fe,
vais ligeros de peso para fustigar
todo aburguesamiento.
Vais libres para servir al pueblo.
Libres.
Sin el arsenal de la arrogancia
que crean las complacencias del poder.
Libres, a instancias del Maestro,
para humanizar la tierra,
para humanizar la tierra,
para dulcificar sufrimientos,
para cristianizar… cristianos.
Con vosotros, galileos,
yo también,
quisiera recorrer el Camino...
Moldead, pues, mi
corazón
con vuestro radicalismo itinerante
que limpia de espinas mi humano aulagar.
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