domingo, 1 de julio de 2018

TALITHA QUMI


Contigo hablo, niña, levántate.
(Mc. 5, 21-43)

Señor,
Tú cruzas de una a otra orilla
de Genesaret a nuestras vidas,
para destruir los tridentes de muerte.
Eres promesa de aurora
en nuestra sociedad acorralada por la impotencia,
la desesperación,
el desánimo, el fatalismo…

Como Jairo, salimos a tu encuentro,
dejando atrás viejas aljamas,
para afrontar la aventura de la fe,
por más que nos apretujan los miedos,
los falsos prejuicios, las palabras engañosas…

El coro de los lamentos y los mirones 
conjuran tu acción salvadora.
Sólo el silencio, tu silencio de amor,
es el rito de tu señorío que troncha la muerte,
y da la vida.

¡Talitha qumi!... 
Y en tu nombre echaremos a andar.
No hay excusas.  Nos has cogido de la mano
para hacernos vida en medio de espesuras injustas.

No hay excusas,
para buscarte en cualquier orilla,
y mirarte, y tocarte…
Pues en Ti creemos y por ti vivimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario