domingo, 10 de junio de 2018

NAÍN

(Unidos en el dolor de Guatemala)


Iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín…
(Lc. 7, 11-17)

Llora la humanidad a diario,
como en el sur de  Galilea, en Naín,
lloraba la madre viuda arrebatada por el vértigo
de todos los dolores,
cuando se cruzó inesperadamente contigo, Señor.

Tu gesto fue gratuidad,
el suyo, lágrimas por la muerte consumada.
¡y te tocó su dolor! 

Porque Tú no eres un Dios ausente,
tu mirada invadió el abismo del féretro,
y se hizo la vida…
                …

Hoy, Señor,
en el Naín de nuestra historia,
también un cortejo camina preso de dolor,
frente a la comitiva de la esperanza. 

No dejes el corazón de la tierra a la intemperie,
donde  muerte y vida
entretejen su horizonte.

Danos la oportunidad de creer en la muerte
no como el triste final de nuestra leyenda,
sino como
la piedra corrida del huerto donde confluyen a diario
todas las lágrimas viudas de nuestra humanidad…  



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