…sed perfectos como vuestro Padre celestial es
perfecto.
(Mt. 5, 38-48)
Desde que el mundo es
mundo,
Dios envía el sol
sobre buenos y malos.
Su lluvia, sobre
todos los campos.
Su encarnación
destila ternura,
rompiéndose en amor
hasta lo irrazonable.
En la traición del
amigo dio amistad,
en la cumbre del
dolor dio perdón,
buscó sin aliento la
oveja perdida,
y el mejor traje,
para el hijo de mala vida…
* *
*
Maestro,
¡Demasiado alta has
puesto la cima!
Tras veinte siglos de
andadura,
tu mensaje sigue
siendo nuestra asignatura pendiente,
de hoy,
de ayer,
de siempre.
Si la excelencia del
amor
está en la capacidad
de perdonar,
si tu llamada a la
perfección,
exige amar al
enemigo,
aúpanos Tú mismo a
esa cima,
que
para nosotros resulta inaccesible.
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