(En mi cuaresma octogenaria)
Sí, me arrepiento
de lo que no me atreví a decir,
de lo que no quise sembrar,
de lo que no me esforcé a oír,
de lo que nunca quise cantar.
Sí, me duelen
las montañas que no quise recorrer,
las nieves que no quise palpar,
las lluvias de las que huí,
las flores que no quise oler.
Sí, lamento
los silencios que no amé,
los sermones que pronuncié,
las risas que en vano forcé,
las miradas que no miraban.
Sí, me arrepiento
de lo que no me atreví a vivir,
de lo que no me atreví a
comprender,
de lo que no me atreví a dar,
de lo que no me atreví a recibir.
Mas no me arrepiento
de mis cantares a la vida que me
vio nacer,
de mis confidencias con el Galileo,
el Cristo de mis caminos, de mis
dilemas…
¡Tantos años!.
Precioso, muy sentido y te hace reflexionar.
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarDice muchas cosas en muy pocas palabras. Me encanta
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