jueves, 30 de marzo de 2023

LA DONCELLA TIERNA

Vivimos en un mundo en el que las lágrimas pesan como una inmensa losa, empeñados en cargarnos el planeta: oídos sordos al calentamiento global y a la emergencia climática, a la contaminación de nuestros mares por microplásticos … y a ello se unen las guerras con sus armas mortíferas, el hambre canallesco, el racismo atroz, la violencia de género, la frivolidad social reinante, las pasiones políticas destructivas (¡no hay más que seguir los debates de los señores diputados en la sede del Congreso!), los traumas que generan los “síes son síes” dogmatizados, el mercantilismo de una sociedad que golpea la cultura…¡Hablar de poesía con ese panorama de trasfondo es de locura! Sin embargo, el estreno de la Primavera (21 de marzo) nos ha anunciado el “Día Mundial de la Poesía”, como una ocasión para revivir los tradicionales recitales de poesía y fomentar la convergencia entre el arte de la poesía y otras artes, al tiempo de honrar a los poetas (cf. UNESCO, 30ª Conferencia General. 1999). Dicho de otra manera, un día mundial para festejar la expresión poética de ayer, hoy y mañana como catalizadora del diálogo y la paz. Ya Cervantes, en su agraciada creatividad, definió la poesía como una doncella tierna y hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias… Hecha de una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo de inestimable precio… (cf. El Quijote, 2ª parte, cap. XVI) Pues sí. Frente a esos lamentos globalizados -¡cizaña sembrada!-, la poesía es el milagro del sentimiento compartido, de la verdad hecha diálogo, puerta abierta a la alegría frente al dolor que pesa sobre los hombros de la humanidad. La degradación humana ha de ser vencida lejos de los pesimismos y la vida mediocre, porque sabemos que toda la creación gime con dolores de parto esperando nueva vida (cf. Rom 8:22-39). La poesía es esperanza, un camino a la intemperie entonando vida y libertad. Hubo un tiempo en que la poesía era cosa de “especialistas”. Hoy hay poesía en todo acontecer inspirado, y puede surgir en cualquier momento. Así ha sido la iniciativa nacida en el “Otoño Cultural Iberomericano”, donde árboles y versos se unen en simbiosis poética, escenario de actividades artísticas que dan rienda suelta a la armonía social y espiritual. Tal escenario, puesto también en práctica en distintas localidades españolas, como Maracena, hincó sus raíces en Huétor Santillán. Su Ayuntamiento con su Biblioteca Municipal al frente y el Centro Cultural han dado realidad a ese sueño por nombre “El Bosque de la Poesía”. El lugar es hermoso, La Sotanilla, coqueteando de lejos con Sierra Nevada, y poniendo oídos atentos a los poemas de los estudiantes del CEIP “Sierra de Huétor”, un colegio digno de tal nombre… El Bosque de la Poesía hueteña tiene su principio activo en el Club de Lectura Hildegarda bajo la dirección de Mariángeles Cabrerizo, auténtica artesana de la cultura en la villa serrana. En este Día Nacional de la Poesía es justo y necesario olvidarse por un momento de las “aflicciones globalizadas” y pensar que la poesía no conoce jaula, es un sujeto de derecho que amansa a la fiera que llevamos dentro… Hagamos, pues, que en el “Bosque” sigan creciendo los árboles y que nuestros colegiales maduren en la alegría de crecer como poetas, sabiendo que “lo que de raíz se aprende, nunca del todo se olvida”, según Séneca... Sembremos poesía que es rendir pleitesía a “una doncella tierna”.

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