sábado, 22 de noviembre de 2014

OMISIÓN

…tampoco lo hicisteis conmigo.
(Mt. 25, 31-46)

Eres rey desde los pañales de Belén,
rey, desde el pan multiplicado
en el llano de Tiberíades.
Nominado rey desde los caminos de Palestina,
ataviados de enfermos y mendigos
publicanos y prostitutas…

Tu fidelidad abrazó la jofaina
en torno a los pies amados,
para testimoniar tu realeza.

Llegada la hora,
alegaste ser rey ante Pilatos,
y, entre  azotes, espinas y clavos,
tu sangre estampó tu reinado.
         …
Nosotros, sin embargo…

Cuando la necesidad ahoga al  hermano
ocultamos  nuestros bolsillos.
Cuando la soledad inunda al extraño
atrancamos el corazón.
Cuando la cruz golpea las injusticias,
huimos…
               ¡No sea que salgamos crucificados!

Bien sabemos, Señor,
que aliviar las penas de los parias y desventurados,
que mirar a los rostros desheredados,
que  escuchar a los que no tienen voz,
                            es toparnos contigo, definitivamente…
¡felizmente!

Tu juicio, sentado en tu gloria de Cristo
y Rey,
nos despeja el camino,
frente a la omisión nuestra de cada día.

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