Aceptar
al otro en lo que hay de verdad en sus razonamientos y hasta estar dispuestos a
renunciar a criterios propios, cuando los del otro están más fundamentados
objetivamente, eso es libertad interior,
madurez humana, capacidad social, tolerancia…
¡Buscar el bien! Todo lo contrario de lo
que están demostrando nuestros políticos, de una y otra banda, que ansían el
poder a toda costa. Sólo se me antoja exceptuar al que se ha situado en la “ribera”
de toda confrontación por el bien del país. Según parece.
Que naciones
europeas (con sentido “patriótico” que no ha de definirse como “facha”), sean
capaces de formar gobiernos de coalición, y que en nuestra piel de toro los
políticos se arruguen ante esa posible solución, es la muestra más clara de sus
ambiciones. ¿Qué va a pasar con este fundamentalismo político escondido bajo la piel de cordero? ¡Qué talla política están demostrando los que
luchan por gobernar este país anegado en sus penas! Lobos disfrazados en espera
del asalto…Pienso que tales políticos están mofándose de todo un electorado
que lo que quiere es salir cuanto antes de este berenjenal.
¡Por
democracia, por dignidad, pónganse ya de acuerdo!
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