CON MOTIVO DEL CORPUS
En nuestro entorno, escribía el teólogo
Pagola, más o menos cercano nos encontramos con familias obligadas a vivir de
la caridad, personas amenazadas de desahucio, vecinos golpeados por el paro,
enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación. En
algunas familias crece la impotencia, la rabia y la desmoralización….
Es el momento de descubrir que no es
posible seguir a Jesús y colaborar en el proyecto humanizador del Padre sin
trabajar por una sociedad más justa y menos corrupta, más solidaria y menos
egoísta, más responsable y menos frívola y consumista.
Es también el momento de recuperar la fuerza
humanizadora que se encierra en la eucaristía cuando es vivida como una
experiencia de amor confesado y compartido. El encuentro de los cristianos,
reunidos cada domingo en torno a Jesús, ha de convertirse en un lugar de
concienciación y de impulso de solidaridad práctica.
Hemos de sacudir nuestra rutina y
mediocridad. No podemos comulgar con Cristo en la intimidad de nuestro corazón
sin comulgar con los hermanos que sufren. No podemos compartir el pan
eucarístico ignorando el hambre de millones de seres humanos privados de pan y
de justicia. Es una burla darnos la paz unos a otros olvidando a los que van
quedando excluidos socialmente.
La celebración de la eucaristía nos ha de ayudar a abrir los ojos para
descubrir a quienes hemos de defender, apoyar y ayudar en todo momento. Nos
debe hacer más humanos con lucidez cristiana...
No hay comentarios:
Publicar un comentario