…y acampó entre
nosotros.
(Jn, 1,1-18)
Acampó entre
nosotros…
Luz
de vida frente a
la muerte,
de
gracia frente al mal,
de
tolerancia frente a toda ceguera.
Acampó la
Vida,
para despejar la
bruma cautiva
de los sueños,
y animar la
marcha de la esperanza.
Acampó el Misterio,
para asilo de fe,
para credencial
de seguridad
ante la falsedad
de promesas juradas.
Acampó la Palabra,
eco del Espíritu
que se cernía sobre las aguas,
llamarada para
calcinar dudas,
ventisca para
desenmarañar esclavitudes.
Y acampó encarnada
en
nuestro rastrojal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario