jueves, 6 de febrero de 2014

Para SILVIA y JUAN JESÚS

Cada vez son más las aplicaciones terapéuticas de la música, una «medicina mágica» que mueve las emociones.
Los estudios realizados en el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz constatan que escuchar una melodía produce efectos fisiológicos destacables, como el aumento del nivel de resistencia al dolor, cambios en el tono muscular y la temperatura, el nivel de glucosa o la secreción hormonal, así como una reducción de la fatiga y el estrés. Da buenos resultados incluso antes de nacer, al conseguir que las futuras mamás se tranquilicen y puedan expresar sus sentimientos respecto a las inquietudes del embarazo, algo que después repercute en el bienestar del bebé.

La música percibida por el cerebro provoca la liberación del neurotransmisor dopamina en cantidades que se relacionan con el grado de placer que experimentamos y puede modificar la tasa cardiaca, la respiración y la temperatura corporal. Así que, a Hugo que empieza a llamar a la puerta, preparadle el camino…

        ¡mejor con música!

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