El
fanatismo religioso de este mundo nuestro han
desembocado en un terrible drama…
Hay que
estar muy locos para matar a destajo en nombre de “Alá es grande”… ¿Cómo creer
en un Dios compuesto de metralla y odio? Esta fe tiene por nombre , además de
crueldad, fanatismo.
Pero, también
es un tanto locura publicar humor a base de “usar el nombre de Dios en vano”. Las viñetas satíricas, en este caso de Charlie
Ebdo, han ofendido a la piedad musulmana, y esto es suficiente para que el periodismo
gráfico evitara la provocación, en nombre de la libertad de expresión.
Aún así,
quienes se ofenden por unas viñetas que sólo pretenden una sonrisa en medio de
este mundo de tristes nubarrones son gente mezquina, desalmada, o, al menos, de pocas luces.
La locura
estuvo servida, y así cayeron 17 víctimas del campo de honor del trabajo, en
ese fatídico siete de enero. Un acto criminal que sólo ha tenido la única
virtud de globalizar la unión del planeta en favor de la concordia, la cordura,
la tolerancia… y abrazarnos, desde distintas aceras, en un mismo grito: ¡je
suis Charlie!
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