Llegó Jesús a
Cafarnaúm...
¡Cafarnaúm!
asombro en la sinagoga,
asombro en tu enseñanza,
asombro en sábado prohibitivo...
asombro en la sinagoga,
asombro en tu enseñanza,
asombro en sábado prohibitivo...
Entre
tanto asombro,
tu
palabra, Maestro, se vacía
en
tu humanidad
que
no halaga los oídos
de
sacerdocios fariseos.
Tu
palabra es autoridad
no
comprada en los privilegios.
Es Cafarnaúm hecho
voz que enmudece leyes y ritos.
¡Cafarnaúm!,
sello
indeleble hasta que te fijen en la cruz.
Mensaje
sublime,
indefectible
aliado de los que sufren.
No quieras, Maestro,
que me muera yo en el asombro
de los galileos felices en su sinagoga.
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