…le dijeron: Todo el
mundo te busca.
(Mc. 1, 29-39)
Te busco, Señor, yo también,
en esta hora cumbre de Cafarnaúm
donde todo el mundo te busca.
Te busco en tu sed de hacer el bien,
y en la ventura de gentes que corren a ti,
perdidas al ponerse el sol.
Te busco en el anochecer galileo,
junto a la puerta de la humanidad,
donde Tú provocas alegría y transmites
esperanza.
Te busco en el amanecer de tu oración,
y en el descampado de nuestra tierra,
donde reside la terapia de todos los egoísmos.
No
busco al curandero
que
demandan en ti los galileos.
Busco esa mano que toca leprosos, esclavos, marginados…
Te busco en mi voluntad de romper todo
legalismo,
y en mi afán de asumir el
compromiso
de
sembrar contigo campos de ilusión.
Te busco, Señor. Sí, te busco.
Haz que te encuentre,
para contagiarme de tus urgencias.
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