En el “Día de los
Abuelos” ocho reflexiones para los papás
1.- Sed felices leyendo cuentos a vuestro hijo, antes de dormir.
La
imaginación del niño se hace mágica en ese momento delicioso de intimidad y
complicidad, que es la noche. Es el momento, pues, de dormirlo cantándole una
nana, o poniéndole una música infantil
de su gusto o leyéndole o contándole un cuento, aunque sea el mismo de todos
los días.
2.- Sed felices a pesar de sus naturales
pataletas.
Sean
por no querer irse a dormir, o por no querer ir al Cole, sean porque quiere
“chuches” o porque quiere ver a destiempo los dibujos animados…. Desde su
temprana edad, debe “sentir” la disciplina como imprescindible en su vida
evolutiva. Pero evitad crearle miedos, en las regañinas.
3.- Sed felices en vuestra
actitud paciente a la hora de la comida.
Es muy
importante que aprenda a comer junto a vosotros, en la misma mesa, en un contexto de comida sana. La hora de las comidas
debe ser lo más distendida y agradable posible,
con ello se fortalece el vínculo afectivo del niño con
“su” comida, de manera que le resulte agradable. La regla de oro es
acostumbrarlo a comer de todo.
4.- Sed felices jugando con
vuestro niño.
El juego no es sólo un entretenimiento, es, sobre todo, un
aprendizaje identificativo de su infancia. Jugar con los papás ejerce una
influencia decisiva en sus primeros años. De ahí, la importancia de acompañarle
en “su” habitación a jugar con sentido creativo y espontáneo de manera que no
eche de menos la tele o la vídeo-consola.
5.- Sed felices acompañándole a
disfrutar de tele, de internet, o de la consola.
Pero
sed conscientes de que la vista y el oído son los órganos sensoriales más
agredidos a través de las pantallas. Que guarde una distancia prudencial entre
la pantalla y la vista. Fomentad el diálogo sobre lo que ve y goza, para no
dejarle llevar emocionalmente de actitudes meramente pasivas o, lo que es peor,
meramente negativas. Seguidle de cerca en ese mundo de las “redes”. Que no se
encuentre “solo ante el peligro”.
6.- Sed felices acompañándole en
sus primeras manifestaciones artísticas.
Potenciad
en vuestro hijo el canto, el dibujo, la poesía y los instrumentos musicales
hacia los que se sienta inclinado. Las expresiones artísticas favorecen la
autoestima infantil. Ilusionadlo con “su” habitación adornada con sus propios
gustos… y procurad que su habitación cambie de “aire”, según las estaciones del
año o los diversos acontecimientos familiares, como navidad, onomásticas,
cumpleaños.
7.- Sed felices siguiendo los ritmos que acompañan al niño en su
crecimiento.
Respetad sus ritmos, tanto del sueño como de la alimentación, del ejercicio físico... y de la autoafirmación que irá adquiriendo con los años. Vuestros hijo va quemando etapas en sus ritmos biológicos, y debéis de acompañarle siguiendo las pautas que genera su Cole; estudio deporte, actividades extraescolares, amistades... Que se sienta valorado por vosotros en el propio desarrollo de sus habilidades socioemocionales.
8.- Y sed felices creando en su entorno espacios de silencio.
Hoy, los niños “malviven” en medio de nuestra sociedad agobiada por la
contaminación acústica. ¡Ruidos en toda clase de ambientes! Urge adiestrar a vuestro niño en el arte del silencio. Es más, acostumbradlo al senderismo
donde pueda “vivir” la belleza de los
bosques y su brisa, el canto de los pajarillos, de las fuentes y ríos…
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