sábado, 9 de agosto de 2014

LOS MIEDOS

…le entró miedo, empezó a hundirse
y  gritó: Señor, sálvame.  (Mt. 14, 22-33)



Como tú, Pedro, apóstol y amigo,
yo he navegado  mar adentro en tu misma barca,
batida en un mar de olas,
sacudida por reincidentes zozobras.

Sobre la barca,
han vagado  multitud de fantasmas
a través de los tiempos. Los miedos,
hasta hoy, siguen a bordo,
frenando la arribada del Espíritu.

Tu arrojo, Pedro, 
a punto de hundirte en la marejada,
es revelador.
En la oleada de tus dudas, te lanzaste,
evangélicamente audaz.
Tu terca fe rompió fantasmas…

Has reconocido al Galileo
en el clamor de tu oración,
y en la brega de la vida junto a los hermanos.
¡Dichosa la bravura de tu fe!

A tu luz,
comprendo que quien se instala en la barca,
sin arriesgar nada, sin forzar el remo
contra la corriente,
no sabe lo que es la feliz aventura
de seguir al Maestro,
en medio de los mares huracanados
y los vientos contrarios.




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