¿En qué punto estamos respecto al Covib-19?, ¿cambio
de ciclo? A juzgar por las “ilusiones víricas” que han llevado a esa cierta relajación que delatan los
medios de comunicación, caminamos irreflexivamente hacia el rebrote más
drástico aún del coronavirus. Tal vez, el excesivo cansancio informativo con su
inmensa carga emocional de la epidemia, nos esté jugando una mala pasada… ¡Una mala noche en una mala posada!, que diría
la santa de Ávila.
¿Vamos
de nuevo caminando hacia la asimilación paciente de un “esto no hay quien lo
arregle”, con sus pos-patologías de soledad, confinamiento, enfermedad,
muerte…? ¿Nos habremos convertido todos en nueva población de riesgo? ¿Dios
sigue exiliado en su “cuarentena” celestial?
Ante
tantas interrogantes que empiezan a asfixiarnos, hemos de caer en la cuenta, ¡positivamente!,
que somos parte de la historia viral con sus “nuevas” exigencias de cercanía y convivencia, con sus “nuevas”
demandas de solidaridad y generosidad, con
su requerimiento renovado de conversión personal y colectiva en todos los
espacios de la vida: espiritual, psicológico, ecológico… Esta “bendita”
pandemia nos obliga a todos a reflexionar sobre lo que es realmente importante: la vida, y no la seducción
ramplona que idolatra la sociedad consumista....
De nuevo nos
encontramos con una singular oportunidad, la nueva normalidad (la “cuidadanía”), con capacidad de vencer todas las “nuevas”
situaciones difíciles que puede seguir generando el bicho mortal.
El Papa
Francisco en la exhortación “Laudato si” (217) nos anima a una conversión
ecológica. Era en 2015. Y hoy, en un ambiente de coronavirus la releemos como
una llamada a la alianza entre la humanidad y el ambiente, entre el cuidado
responsable de la naturaleza y la empatía con cuantos vestimos
mascarillas…
En el sufrimiento de una gran parte de la geografía
humana, nuestro testimonio de hombres de fe ha de ser manifiesto ante la
creación entera (Rom, 8,19)... El himno “Resistiré” del Dúo Dinámico, que se oía hace días, está pidiendo que sigamos manteniendo bien pulsados sus registros para despertarnos
de este nuevo mal sueño... Mantengamos,
pues, alegre la esperanza, porque “os
daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo”. (Ez. 36,24-28). Y
cantemos con nuestro vecino Miguel Ríos, su Canto a la Alegría:
… Si en tu camino
sólo existe la tristeza
Y el llanto amargo de la soledad completa
Ven canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos.
Y el llanto amargo de la soledad completa
Ven canta, sueña cantando
Vive soñando el nuevo sol
En que los hombres volverán a ser hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario