Soy balada de canario
contemplando tu carita
rosada, recién nacida.
Y tú, el guppy de mi
acuario,
beige, rojo y azulado,
sin parar aleteando
con manitas de santuario.
Soy libre preso fondeado
en tu perenne sonrisa.
Soy vino de muchos años,
y alforja llena, de cuero.
De tanta esperanza
habida,
por ti, nieto mío, maño,
soy felicidad de abuelo.
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