…ya no son dos, sino
una sola carne.
(Mc. 10,2-16)
Hombre y mujer
es la página magna
de tu creación,
Señor,
igualdad sellada
en el amor,
instrumento de
humanidad.
Varón y hembra
son tus sustantivos, ¡oh Dios!,
más que la
brisa y el agua,
más que el
fuego y el trigo,
más que la flor
de azahar.
Una sola carne labrada en tu
gozo
a muy buen precio,
y no a golpe de ilusorias
rebajas
en los tendales del hedonismo,
de la sumisión.
Mujer y varón
no son el
destino de la mediocridad
en una sociedad
con derecho
a la propiedad
privada.
…
Los fariseos
-¡faltaría
más!-
quisieron poner a prueba a Jesús,
pero Él rompió los tabús de su
Ley.
Hombre y mujer serán una sola
carne,
como Tú, Padre, y la humanidad sois
una sola carne…
Ambos
mirarán juntos la vida que salió
de tus manos
creadoras.
Manos
identificadas con los niños
indefensos
en la fuente
original de la vida.
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