Poneos en camino.
(Mt. 13, 1-23)
Hermanos,
nos llama el Maestro
a ponernos
en camino, de dos en dos,
para
compartir ilusión,
y oxigenar
nuestro ritmo en medio de lobos.
Nos llama
el Maestro,
como a uno
de los setenta y dos,
para
liberar alforjas y pisotear serpientes,
tras sus
huellas.
Sin más
talega que su Espíritu,
sin más
coraje que nuestra debilidad,
sin más
prisas que la urgencia de Dios.
En camino,
sin más
templo que el horizonte.
Sin más
fantasía que ser huésped
del corazón
topado en la vereda,
entre polvo
y heridas que son también nuestras.
Nos llama
el Maestro,
a ponernos
en camino,
con el
dinamismo del que no está instalado,
con la
ilusión de quien quiere contagiar la fe,
con la
fortaleza de quien quiere abrazar esencialmente
el drama de
todas las desazones …
Somos uno
de los setenta y dos,
¡aleluya,
hermanos!
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